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No estamos solos en nuestra soledad

  • Diego Martinez
  • 22 oct 2023
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 25 ago


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Existen pocas experiencias vitales que todos hemos experimentado por igual. Algunas personas nunca han sentido la angustia de la hambruna, la pesadez de la depresión o el dolor de perder a un ser querido. Sin embargo, hay una experiencia vital que son pocos los afortunados que pueden decir que nunca la han experimentado: la sensación de soledad.


Yo soy un inmigrante chileno que vive en Francia, llegué a este país siguiendo mi corazón, toda mi familia y amigos quedaron en mi tierra. Hace ya más de un año, viví un divorcio que me sumió en la más profunda sensación de soledad. Acá, mi única familia son mis hijos y ellos son la razón por la cual seguí luchando y aprendí a vivir con la presencia de esta fría compañera que llamamos soledad. Esta experiencia vital me empujó a aprender mucho sobre ella, a dejar de escapar de su presencia y de escuchar lo que tenía que decirme. En este artículo, de la mano de algunas fuentes externas (no olvides visitar los múltiples enlaces que dejo a tu disposición), quería compartir con ustedes mis aprendizajes, esperando que mi experiencia pueda ayudarles a entender y vivir mejor esta realidad que toca a tantos hoy en día.


La omnipresencia de la soledad


"Je suis pas seul à être tout seul" (No estoy solo a estar solo) así comienza una canción de Stromae, artista francófono al que admiro mucho. Cuando escuché esta canción por primera vez, me emocioné muchísimo (el contenido de la canción es muy fuerte) y pensé largo tiempo en ese hecho; en el que la soledad era una presencia mucho más común de lo que uno podía pensar. Estudios científicos recientes, muestran que la sensación de soledad ha ido en aumento en las ultimas décadas en muchos países (sobre todo los más desarrollados). La soledad, se ha vuelto algo extremadamente común en un mundo interconectado. Un ejemplo de esta realidad, es que en Vlijmen, Holanda, una cadena de supermercado ha introducido "cajas lentas" para los adultos mayores (y personas en general) que se sientan solas y quieran tomar el tiempo de conversar.


Pensar en que no "estaba sólo a estar solo" me ayudó a darme cuenta de que no era “especial” por estarlo, mas bien que solo era parte de un enorme fenómeno y de una realidad que hace, simplemente, parte de la vida.


La soledad tiene eso, nos hace “ver nuestro ombligo”, nos hace creer que somos especiales y eso es normal. El sentimiento de soledad, según la psicología de la evolución, tiene por objetivo llamar la atención de los otros, ya que desde un punto de vista evolutivo, mis probabilidades de sobrevivir aumentarán si los otros cuidan de mi y si yo me ocupo de mí mismo. Entonces, sentirse centrado en mismo cuando afrontamos una sensación abrumadora de soledad, es totalmente natural y esperable, no debemos sentirnos culpables por ello. Necesitamos ternura, atención y, por supuesto, compañía. Sin embargo, esa necesidad no siempre es satisfecha y, muchas veces, ni siquiera tenemos quién pueda satisfacerla. Es ahí donde tomar consciencia de que “no estamos solos a estar solos” puede ayudar.


Centrarse en sí mismo al principio, es normal, pero después de un tiempo, si nadie viene, levantar la cabeza es una cuestión de vida o muerte. Mirar alrededor suyo y darse cuenta de que nadie vendrá a rescatarnos porque, seguramente, los otros también esperan ser rescatados, puede cambiar completamente la vida. Cuando estamos en el medio del mar de la soledad, esperando, pero que nadie llega, tenemos dos opciones: dejarnos ahogar o luchar. Es ahí donde se produce un quiebre, que puede transformarnos por completo.

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(Puedes traducir el sitio en la parte superior derecha de la barra de direcciones)




La Probabilidad de un Futuro Mejor: consejos para vivir mejor la soledad


Disfrutar de uno mismo

La ciencia dice que la soledad nos lleva a centrarnos hacia nosotros mismos a volvernos egoístas y esto no tiene nada de malo, es simplemente un mecanismo de defensa. Sin embargo, para salir de esta situación, nada mejor que, como si fuéramos unos judocas, usar las fuerzas de nuestro enemigo a nuestro favor. Centrarse en mismo puede ser de gran ayuda para salir de las pantanosas arenas de la soledad. Este tiempo puede transformarse en una oportunidad para mejorar, descubrir nuevas facetas de uno mismo, mejorar aquellas que ya conocemos o simplemente para disfrutar de nuevos hobbies. Tener más tiempo para ti es precioso y aprender a estar solo y "autocultivarte" puede ser una oportunidad que tendrás pocas veces en tu vida.


No ser demasiado exigentes

Cuando estamos solos, desearíamos recibir atención y amor de los demás, sin embargo, a veces la mejor opción es convertirse en la fuente de esa ternura que tanto buscamos. Dejar de esperar y comenzar a avanzar, poco a poco, es fundamental. Es importante no ser demasiado exigentes, como cuando prendemos un fuego en medio de la noche, la luz y el calor vendrán poco a poco, la paciencia es esencial y disfrutar de los pequeños logros será combustible para hacer que el fuego sea cada vez más fuerte. Como lo mencionamos en otro de nuestros artículos, tener un "sentido", nos permite avanzar. Durante la soledad (y la depresión en general) nuestro sentido debe ser "nosotros mismos" (por un tiempo) y eso no tiene nada de malo.

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Marisa G. Franco : "El secreto para hacer nuevos amigos siendo adulto"


(click sobre la imagen para ver el video.)



Evocar buenos momentos

En medio de la oscuridad de la noche, cuando la luz del fuego que acabamos de hacer por nuestra cuenta comienza a aumentar, detengámonos un momento a pensar que, hace algunos instantes, todo era obscuridad y que, la probabilidad de que todo vaya mejor, esta aumentando. En su libro "El hombre en busca de sentido" de Viktor Frankl, padre de la logoterapia (de quien ya hemos hablado en nuestro blog) contaba cómo durante su estadía en los campos de concentración de Auschwitz, el recuerdo de los buenos momentos con sus seres amados y la posibilidad de volverlos a encontrar, lo mantenía vivo. Cuando el fuego ya este un poco más fuerte, hagamos como Viktor y pensemos en los encuentros que hemos hecho durante la vida, en las personas que alguna vez aparecieron y todas las que podrían volver a aparecer. Nadie, tú que lees esto tampoco, esta destinado a estar solo. Trabaja en ti, trabaja en tu fuego y pronto ese calor se volverá hogar para otros que buscan el mismo calor que tú buscabas. Ser luz para otros es quizás la mejor manera de dejar de estar solos.


En resumen, la soledad es una experiencia universal, y enfrentarla puede transformarnos. Al comprender que no estamos solos al estar solos y enfocarnos en nuestro crecimiento personal, podemos encontrar la fuerza para superarla y, al mismo tiempo, convertirnos en un faro de esperanza para los demás.

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